martes, 13 de octubre de 2009

SERVICIO DE GEOLOGÍA Y MINERÍA CONSIGNA GRAVES FALTAS DE INFORMACIÓN Y DE MEDIDAS DE MITIGACIÓN EN EIA DE REPRESA RÍO CUERVO

  • Proyecto pretende emplazarse en zona volcánica.


“En opinión de este servicio el estudio de impacto ambiental en cuestión adolece de manera evidente de información relevante y esencial para efectos de calificar ambientalmente el proyecto”.

Ésta es la lapidaria conclusión a la que llegó el Servicio Nacional de Geología y Minería (Sernageomin) luego de analizar el estudio de impacto ambiental (EIA) que Energía Austral (filial de la minera suizo-australiana Xstrata Copper) presentó al Sistema de Evaluación de Impacto Ambiental (SEIA) para construir una represa en el río Cuervo, en la Patagonia chilena.

La sentencia del organismo, uno de los 24 servicios evaluadores, no es menor considerando que en 2007 la Corema de Aysén aplicó esta causal (consignada en el artículo 24 del reglamento del SEIA) para rechazar un estudio presentado ese año por la empresa para el mismo proyecto, en pleno enjambre sísmico que afectó la zona de Puerto Aysén y que derivó en el terremoto del 21 de abril que produjo desmoronamiento de cerros al mar y posteriores olas gigantescas, con un saldo de 10 personas que nunca fueron encontradas. Que las presas, embalses y las obras requeridas para su materialización se ubiquen precisamente en esta área hace que el pronunciamiento de Sernageomin sea vital para la viabilidad de la iniciativa.

Gruesos errores y deficiencias

En un informe de 64 páginas el organismo devela las serias deficiencias del estudio de impacto ambiental, apuntando a la ausencia de una serie de estudios y documentación esencial, como mapas geológicos y estructurales de detalle de la zona del embalse y presas con ubicación de los muros, las zonas a inundar y las áreas de influencia directa (con curvas de nivel adecuadas a la escala), además de perfiles geológicos y estructurales de detalle de la zona del embalse en el sector de las presas y las zonas a inundar, y estudios de depósitos, geología estructura, geotécnicos y variación de sedimentación, entre otros.

Consigna además la existencia de “una falla potencialmente activa, cuya traza pasa directamente por la parte media de la presa secundaria proyectada”, ante lo cual solicita que la estructura sea “estudiada con datos de terreno obtenidos tanto de levantamientos estructurales superficiales, como de información de sondajes y geofísica”.

Un tema sensible son los tsunamis. En este ámbito Sernageomin constata que EIA de Energía Austral adolece de análisis e información relevante, particularmente en el sector Portezuelo cuya parte más baja se encuentra a pocos centímetros del nivel máximo del eventual embalse ante la ocurrencia de crecidas históricas, requiriendo que se evalúe “esta situación ante un escenario de tsunami, lo que es indispensable dadas las magnitudes expresadas”. Advierte también que no se “realiza un estudio de inundación del río Tabo. Este río es el que presenta riesgo. La evaluación del peligro de inundación en el río Tabo es importante debido a su conexión con el lago Los Palos y luego con Puerto Aysén”, solicitando además “aclarar el impacto en portezuelos de lagunas Quetro y río Tabo en el escenario de olas de tsunami. Además indicar impacto de posible tsunami en el caudal del río Tabo, en el lago los Palos y Puerto Aysén”. Por último, observa críticamente que “no se considera la posibilidad de tsunamis generados por sismos o actividad volcánica al interior del embalse Lagos Yulton-Meullín que puedan sobrepasar los muros o el pretil de la presa”.

Otro punto, relacionado con los efectos de sus obras, es que “para el caso del túnel de entrega, no se ha levantado información geológica, ya sea de prospección, geofísica o sondajes, lo que significa que no es posible efectuar un análisis de los impactos ambientales de dicho túnel. En este mismo sentido, al faltar esta relevante información, naturalmente no se incluyen medidas para la construcción y operación”.

Energía Austral desestimó en el EIA el efecto de calentamiento global en el derretimiento de masas de hielo y nieve en altura que aportan caudal a los ríos, ante lo cual “solicita incluir esta variable en el estudio de impacto ambiental”. Tampoco hay evaluación de impacto sobre mallines y los ecosistemas que éstos sustentan.

En particular, el servicio requiere que se realicen modelos de inundaciones para el caso de erupciones mayores dado que la “vida útil del proyecto sobrepasa los 500 años”. Tampoco considera el “peligro de avalanchas volcánicas… Se estima importante este proceso dado que el proyecto se emplaza una zona sísmica y volcánica activa”. A esto se agrega que “una erupción mantendría la central fuera de funcionamiento a lo menos por meses. Incluso en casos más extremos, por ej. Chaitén, durante años, por lo que el embalse corre riesgo de colapsar por rebalse y embancamiento”.

Con relación a la responsabilidad que asume la empresa en situaciones de emergencia volcánica Sernageomin consigna que “no existe un plan de contingencia dada una erupción, por lo que se requiere proponer plan de monitoreo y contingencia, que incluyan la generación de redes de comunicación y apoyo con Onemi y el Servicio Nacional de Geología y Minería”.

Por último, entre otras múltiples observaciones, el organismo señala que “no hay información sobre la evaluación del máximo sismo esperable en el marco de la sismicidad inducida vinculada a la construcción, puesta en carga y actividad del embalse, en una zona con fallas potencialmente activas. No se habla de la sobrecarga y estabilidad de la base de la presa sobre una zona de fallas activas”.

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