lunes, 6 de abril de 2009

“LA BELLEZA Y EL DESARROLLO TURÍSTICO DE AYSÉN PODRÍAN REQUERIR ALTERAR EL DISEÑO DEL PROYECTO”

* Ex secretario ejecutivo de la CNE, Sebastián Bernstein, envía mensaje a HidroAysén.

* Incluso, expresó, si se requiere eliminar algunas represas se debería proceder en tal sentido.

* En forma especial indicó que “hay soluciones, que a veces son caras y a lo mejor significan un tira y afloja, pero pienso que la zona, los parajes, justifican soluciones que pueden ser muy caras”




El ex secretario ejecutivo de la Comisión Nacional de Energía (CNE), Sebastián Bernstein, se abrió el viernes en Coyhaique a la posibilidad de que se modifiquen sustantivamente los proyectos de represas planteados en la Patagonia si se constata que producen importantes perjuicios a las potencialidades turísticas de la zona. La aseveración la hizo durante un seminario energético organizado por la Multigremial de Aysén, organización agrupa a relevantes sectores productivos locales, que contó además con la participación del gerente de Operaciones y Medio Ambiente de la Sofofa, Jaime Dinamarca, el académico de la Universidad de Chile y Ph.D. en Planificación de la Universidad de Londres, Fernando Salamanca, y la secretaria técnica del Consejo de Defensa de la Patagonia, Daniela Castro.

“Pienso sinceramente que si es necesario alterar el diseño de los proyectos hay que hacerlo. A lo mejor incluso hay que eliminar algunos proyectos, yo no digo que no, si es que el daño que producen no compensa el beneficio que traen para el país en su conjunto” señaló el especialista, quien luego de exponer su visión sobre las necesidades energéticas de Chile se mostró favorable a la utilización del potencial hídrico de Aysén e incluso, se materialicen o no las represas, avanzar a futuro en la alternativa nuclear.

En el encuentro, donde participaron autoridades regionales, empresarios y dirigentes gremiales y ambientales, aclaró que, según la información que maneja, las eléctricas no estarían considerando la posibilidad de restringir el número de represas. “Entiendo que las empresas no están en ésa. Muchas veces hay gente que plantea que este proyecto hay que hacerlo de esta forma, porque así se gana el máximo de energía... Yo creo que es posible que haya que perder energía sencillamente para proteger el ambiente” indicó, agregando que “el óptimo del proyecto no necesariamente es el óptimo del país”.

Sebastián Bernstein ahondó también en los posibles cambios que habría que generar en las líneas de transmisión, dado que “el tema del respeto del paisaje y de todo el desarrollo del turismo en la región, en lo que significa para todos los que hemos visitado esta zona por su belleza increíble, implica que haya necesariamente que estar dispuestos a pagar costos muy altos para evitar los impactos visuales”. Puntualizó que “todos los trazados de línea, las centrales también en cierta medida, pero sobre todo los de línea deben evitar efectivamente dañar el paisaje. Y la verdad es que hay soluciones, que a veces son caras y a lo mejor significan un tira y afloja, pero pienso que la zona, los parajes, justifican soluciones que pueden ser muy caras”. En su opinión “en algunos tramos a lo mejor justifican que la línea vaya por trazados muy alejados, que cuesten muchísimo más caros, o que vayan en tramos subterráneos o submarinos, si eso va a afectar la belleza y (generar) impacto visual en algunas áreas”.

En este contexto, al revisar el estudio de impacto ambiental de HidroAysén hoy en evaluación –que incluye planos del trazado para la interconexión de las cinco represas en los ríos Baker y Pascua y un esquema con el tamaño de cada torre (superior a los 70 metros y con un faja de servidumbre de 65 metros)- se aprecia que la eléctrica no propuso línea subterránea para evitar el impacto visual en ningún tramo, ni siquiera en la zona de Cochrane al sur donde su trayecto bordearía una parte importante de la Carretera Austral, considerada ruta escénica por el Servicio Nacional de Turismo.



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