- Conclusión de ayseninos que participaron en México en encuentro de afectados por represas
- Seis dirigentes y habitantes de la Región de Aysén concurrieron hasta el país del norte para compartir experiencias y generar alianzas para la defensa de la Patagonia ante la amenaza de diversos proyectos hidroeléctricos de embalse que se quieren construir en este excepcional territorio.
- De lo que vieron concluyen que existe una gran posibilidad considerando que en Aysén “se ha hecho un importante trabajo preventivo”, al tiempo que constataron los graves efectos de este tipo de proyectos en el mundo, que destruyen ecosistemas, modos de vida y economías locales, siendo las mujeres, los ancianos y los jóvenes los más afectados.
“A 10 años de emitidas las importantes recomendaciones de la Comisión Mundial de Represas, en la mayoría de nuestros países, los derechos de las poblaciones continúan siendo violados por la construcción de represas. Los ríos siguen siendo represados y transvasados, las selvas inundadas, los peces y otras especies exterminadas. En abierta violación de acuerdos internacionales y leyes nacionales, pueblos indígenas y tribales, minorías étnicas y comunidades tradicionales son desproporcionadamente saqueados y afectados por la salvaje explotación de sus territorios, tierras y recursos”.
Es ésta una de las principales conclusiones contenidas en la Declaración de Temaca, documento aprobado al término del Tercer Encuentro Internacional de Afectados por Represas y sus Aliados “Ríos para la vida”, que se realizó en Temacapulín, México, entre el 1 y el 7 de octubre de este año. Hasta esa alejada localidad, que está amenazada –junto a los poblados de Acasico y Palmarejo- por la inundación del embalse El Zapotillo, partieron a fines de septiembre, gracias al apoyo de International Rivers, los ayseninos Pamela Díaz, Hipólito Medina y Daniela Leal en representación de la Coalición Ciudadana Aysén Reserva de Vida (Coalición ARV), la ONG Ecosistemas y la Agrupación Wall Mapu de Puerto Aysén, respectivamente, y a quienes se sumaron Víctor Formantel, Víctor Hugo Gómez y Karem Cajales, quienes también concurrieron al encuentro.
“Fue una experiencia bien interesante, con gente de todo el mundo hablando de lo que significa que metan una represa en tus ríos, inunden tu vida, tu patrimonio, tu cultura, realmente fue interesante por eso. Nos pudimos contactar con gente que tiene el problema ahí, y que está siendo afectada. Había una diversidad de países con el mismo problema, lo que nos hace recapacitar de que acá tenemos un poco más de esperanza porque no tenemos ninguna metida en los ríos Baker, Pascua o Cuervo” expresó sobre el encuentro Pamela Díaz, encargada de informaciones de la Coalición ARV. Agregó que “eso nos dio la sensación de que estamos a tiempo de hacer muchas cosas, de luchar, de concientizar a la gente, de decirle a los patagones que finalmente estamos acá defendiendo esto porque es importante, porque es una reserva mundial del agua, también, y así lo hacíamos sentir en el mismo encuentro, al que llegamos con ese cachito de esperanza, desde la Patagonia”.
Para Hipólito Medina, de la ONG Ecosistemas, la reunión “fue absolutamene enriquecedora. Había representantes de 64 países en un pueblito chico donde se pudieron ver las diferentes experiencias a nivel mundial, donde tomamos el pulso a lo que está ocurriendo en el mundo en este minuto. Y nos dimos cuenta de que en nuestra Patagonia y en el sur de América todavía tenemos hartas esperanzas de poder hacer las cosas mejor”.
“Tuvimos la experiencia de compartir con afectados por las represas de todo el mundo. Y la similitud que existe es que es la misma intervención económica por parte de las trasnacionales en todas las comunidades, son los mismos vínculos del Gobierno con las trasnacinonales al momento de llegar a las comunidades, los procesos de evaluación ambiental también son mal llevados. Yo creo que la Patagonia tiene la bendición de que aún no hay ningún proyecto aprobado y esto todavía se puede salvar” señaló Daniela Leal, de la Agrupación Wall Mapu de Puerto Aysén. Sobre las acciones inmediatas luego del viaje informó que “lo más relevante es poder replicar la experiencia de lo que vivimos allá. La gente afectada por represas ha perdido su tierra y mucha gente tiene mucha conexión con la tierra, con la naturaleza, donde ellos defienden el agua, defienden los árboles, defienden los animales y son comunidades pequeñas igual que las comunidades de la región”.
Coincide Pamela Díaz sobre el objetivo cercano: “Contar un poco lo que fue haber visto los problemas reales ahí. Hacer una presentación, mostrar a mucha gente que no somos los únicos afectados por estos proyectos y que hay que ver qué pasa en el mundo, cómo podemos acá llevar esta campaña, participar, motivarnos, activarnos, de eso se trata. Mostrar una realidad que uno no ve, pero que está ahí. Y en todo el mundo” reflexionó.
Declaración de Temaca
Los autoconvocados de Temacapulín plantearon en el documento de conclusión algunos de los principales compromisos de las comunidades afectadas por represas:
- “Intensificar nuestras luchas y campañas contra las represas, por los derechos de las poblaciones amenazadas y afectadas, y por la reparación integral de sus pérdidas y restauración de las cuencas”.
- “Trabajar para la implementación de métodos del manejo del agua y energía, tales como la cosecha de lluvia y modelos comunitarios de energía renovables”.
- “Luchar contra el modelo consumista y desarrollar campañas contra el consumo de productos intensivos en energía”.
- “Seguir discutiendo y construyendo colectivamente los principios y directrices de un modelo energético y del manejo del agua, basado en la responsabilidad ambiental y al servicio de los pueblos”.
- “Intensificar los intercambios entre activistas y movimientos que trabajan sobre represas, agua, energía, justicia ambiental y climática; incluyendo visitas recíprocas con intercambio de personas afectadas de diferentes países”.
- “Fortalecer nuestros movimientos uniéndolos con otros que luchan contra el modelo de desarrollo neoliberal, y por una justicia global ecológica y social”.
- “Celebrar cada año el Día de Acción contra las Represas y por los Ríos, el Agua y la Vida (14 de Marzo)”.
Además de solidarizar directamente con la amenaza de la represa El Zapotillo en Temacapulín, recordaron que los poblados afectados “en muchas partes son obligados a luchar para no ser aniquilados física y culturalmente. Comunidades ribereñas, campesinas y urbanas ven las represas destruir sus modos y medios de vida”. También que “las mujeres sufren de forma aún más dramática las rupturas de la vida comunitaria y familiar resultante de la construcción de represas. En muchas partes, son discriminadas en los procesos de reasentamiento y reparación. Además, la concentración de miles de trabajadores durante la fase de la construcción muchas veces viene acompañada de prostitución, epidemias y deterioro de los servicios de educación y salud que conciernen de manera muy directa e inmediata la vida de las mujeres”. Y que los “jóvenes, ancianos y ancianas también son particularmente vulnerables a las transformaciones económicas, sociales y culturales provocadas por las presas”. Y, por último, que “los procesos de privatización impulsados en los años 90 por el FMI y el Banco Mundial transformaron la producción de energía y el agua en un grande negocio. Las corporaciones hacen lucros exorbitantes en la construcción de presas, en el agro-negocio, en el hidro-negocio y en la minería”.
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